La Historia se Repite
La mayoría de la instrucción en discipulado y estudios bíblicos se basa en conferencias y/o explicaciones. Este es el caso no solo de la instrucción actual, sino también de cómo se ha desarrollado el aprendizaje históricamente. La mayoría de nosotros nos sentimos muy cómodos(as) con este estilo de enseñanza porque es la forma en que hemos experimentado el aprendizaje en el aula u otros entornos.
Aunque las conferencias y las explicaciones son conocidas para muchos de nosotros, estos métodos de instrucción promueven experiencias de enseñanza menos efectivas.» José E. Balcells, Ph.D.
Tienes Opciones Sobre Cómo Aprendes
Imagina cómo serían los estudios bíblicos y el discipulado si compararas diferentes métodos de enseñanza. Dos enfoques principales dominan la educación en estudios bíblicos, y la instrucción en general: la enseñanza pasiva y la enseñanza activa. Si bien la enseñanza pasiva coloca al instructor en el centro, transmitiendo información a través de conferencias y explicaciones, la enseñanza activa involucra a los estudiantes en un proceso dinámico de exploración, descubrimiento y pensamiento crítico. Exploremos cada una de estas dos opciones.
Opción #1: La Enseñanza Pasiva
La enseñanza pasiva se caracteriza a menudo por un flujo de información unidireccional. Los instructores presentan conceptos, teorías y hechos, a menudo a través de conferencias, explicaciones y libros de texto. Las conferencias y explicaciones tienden a ser una entrega unidireccional hacia ti, el estudiante, de conocimientos ya procesados. Desafortunadamente, a menudo se te excluye del importante paso de descubrir y procesar el conocimiento por sí mismo.
Se espera que absorbas la información a través de la memorización mecánica y la toma de apuntes. Si bien este enfoque puede ser eficiente para transmitir conocimientos básicos, no logra estimular el pensamiento crítico ni animarte a conectar la nueva información con tu comprensión existente.
Opción #2: La Enseñanza Activa
La enseñanza activa, en contraste, promueve un entorno participativo. Ya no eres un receptor pasivo; te conviertes en un participante activo en el proceso de aprendizaje. Esto puede implicar una variedad de estrategias como actividades de resolución de problemas, discusiones grupales, estudios de caso, simulaciones y proyectos.
Además, la enseñanza activa te anima a analizar información, hacer preguntas, establecer conexiones y aplicar tu comprensión a escenarios del mundo real. ¡Incluso cometes errores y, lo que es más importante, aprendes de ellos! Es como proporcionarte una caja de herramientas y enseñarte cómo construir algo significativo con ellas. No solo adquieres conocimientos, sino que también desarrollas habilidades valiosas como el pensamiento crítico, la colaboración y la resolución de problemas.
Beneficios La Enseñanza Activa
Los beneficios de utilizar la enseñanza activa en los estudios bíblicos son convincentes. Las investigaciones demuestran constantemente su superioridad para fomentar una comprensión más 
profunda y la retención del conocimiento en comparación con los métodos pasivos. La participación activa te permite vincular nueva información a tu base de conocimiento existente, creando una comprensión del texto bíblico más sólida y significativa. Además, la enseñanza activa te empodera para convertirte en un pensador crítico. Al analizar activamente la información, identificar patrones y sacar conclusiones, perfeccionas tu habilidad para pensar profunda e independientemente.
La enseñanza activa también inyecta una dosis muy necesaria de participación y motivación en el proceso de aprendizaje. Estás más involucrado(a) cuando participas activamente en la construcción de tu conocimiento. Esto fomenta la curiosidad, un sentido de ser dueño(a) de tu viaje de aprendizaje y un deseo de explorar más a fondo. Por otro lado, las conferencias pasivas pueden ser monótonas y desalentadoras, lo que lleva al aburrimiento y la dificultad para concentrarse.
¿Por Qué No Vemos Más La Enseñanza Activa?
Implementar la enseñanza activa de manera efectiva en los estudios bíblicos requiere una planificación y preparación cuidadosas por parte de los instructores. Implica un cambio de enfoque, de simplemente transmitir información a facilitar el proceso de aprendizaje. Los instructores deben crear un entorno seguro y de apoyo donde los estudiantes se sientan cómodos(as) y al mismo tiempo puedan crecer en su camino espiritual.
Nuestra Invitación
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